Las sociedades anónimas no tienen corazón

... sólo tienen afán de lucro

Tapa del nº 81 de la Revista Generación de Diciembre de 1996

El 17 ppdo el ex presidente de Boca, devenido en presidente del pais, reflotó desde Clarín su viejo anhelo de convertir a los clubes (asociaciones civiles) en corporaciones financieras (sociedades anónimas) con el argumento de "transparentar" el fútbol y reconociendo que su anterior intento “Fue mi mayor fracaso político. Mi propuesta perdió por paliza, 38 a 1, el único voto a favor fue el mío. Busqué transparentar al fútbol, darle otro orden”.

La pueril excusa cae por su propio peso. Sería lo mismo que impulsar la privatización de las Policías o de la Municipalidades argumentando los muchos casos de corrupción que existen en las mismas. Tal como nos opusimos desde la Tradicional a mediados de los 90 en plena cresta de la ola privatizadora. 

Nos opusimos a ese siniestro plan de entrega de nuestros clubes a funestos "magnates" titulares de obscuros fondos financieros y a patéticos agentes locales que aspiran a apropiarse de clubes muy pequeño- pero afiliados a la AFA-  para desde allí triangular las transferencias de jugadores al estilo del Locarno o de Unión San Felipe.

En aquella oportunidad se logró, hoy estamos por enfrentar a mucho más poderosos enemigos de todo aquello que sea producto de los esfuerzos sociales colectivos. 

En aquellos tiempos desde la Tradicional contando con Alfredo Bravo elegido Representante ante la Asamblea de Socios y ejerciendo la vicepresidencia de la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados y muchos de los nuestros luchamos contra el ingreso de las corporaciones al futbol argentino. Ayer lo logramos.

Sosteníamos que la imprescindible lucha contra la corrupción consisten en aplicar ejemplares sanciones penales y económicas a los dirigentes que infringen las leyes. Además presentamos una propuesta de ley para tipificar el delito de enriquecimiento ilícito del dirigente deportivo.

Es obvio que no se combate la delincuencia transformando a los clubes en S.A. Por el contrario ella se incrementa ya que sólo prevalece el interés económico sin tomar en cuenta el sentimiento popular. Es que tal como me dijo hace muchos años un empresario español: “Pues hombre!!!!. Las sociedades anónimas no tienen corazón”.

Precisamente, con esta frase titulamos una nota publicada en Diciembre de 1996 en la Revista Generación - ilustra esta página - que era dirigida por nuestro consocio Leonardo Busquet y que transcribiremos, abriendo así un espacio para todos aquellos que se oponen a la apropiación de las asociaciones civiles.

Las sociedades anónimas no tienen corazón

El fútbol es un sentimiento arraigado en la mayoría de los países, que en Argentina se halla incorporado a la cultura popular desde siempre.  Este sentimiento suele relacionarse con la divisa de un club de por vida. Muchos han dicho que una persona puede cambiar de cónyuge, de barrio, de ambiente social e incluso de país, pero jamás cambiaría al club del que es hincha. 

En estos tiempos de pragmatismo neo-conservador, globalizado mundialmente, el fútbol (a raíz de la pasión que despierta) pretende ser utilizado para fines extra deportivos. En ese sentido cabe recordar la expresión del presidente de Boca, Mauricio Macri, que en un reportaje en la revista de La Nación de los domingos justificó las grandes erogaciones efectuadas a mediados de año –muy suelto de cuerpo- diciendo que “como el pueblo recibía menos pan había que agrandar el circo”. 

Es tal el interés del poder económico en el fútbol que ya se ha lanzado sobre los clubes con la pretensión de transformarlos en sociedades anónimas. Ello es coherente con el modelo económico impuesto por el gobierno menemista, ya que para éste sólo son respetables las sociedades anónimas, debiendo desecharse toda otra forma de asociación, ya sea cooperativa, mutual o asociaciones civiles. 

En junio de 1996 ingresó al Congreso de la Nación un proyecto de ley de autoría, entre otros, del diputado Fernando Galmarini (ex futbolista y ex secretario de deportes, vinculado actualmente al club Tigre) y del diputado Roberto Digon (actual secretario de Boca Juniors) que impone el carácter obligatorio de la transformación de los clubes en sociedades anónimas deportivas.

En realidad el mencionado proyecto recoge como antecedente la ley de España dictada el 15 de octubre de 1990 que estableció un régimen de responsabilidad jurídica de las deudas y de la contabilidad, de manera que la transformación de los clubes en sociedades anónimas deportivas supondría el establecimiento de un principio de responsabilidad patrimonial. 

La excusa es la de siempre. Con el argumento de erradicar la corrupción hay que privatizar todo. No importa si en la privatización misma hay corrupción. Ese falaz argumento choca con la realidad. 

Para combatir la corrupción no cabe entregar las entidades a los corruptores, sino legislar adecuadamente el ámbito deportivo, estableciendo la responsabilidad de sus dirigentes.

 En el fútbol argentino fueron varios los intentos privatizadores que obviamente culminaron en fracasos. Más recientemente, Torneos y Competencias celebró un contrato con Argentinos Juniors que trasladó a este equipo de La Paternal a jugar como local en Mendoza. La breve experiencia concluyó al poco tiempo y los “bichos colorados” descendieron a la división de ascenso. 

Particularizando en las sociedades anónimas, debe entenderse que estas entidades tienen dos características fundamentales e irrenunciables: que su finalidad exclusiva es el lucro; y que son sociedades de capital donde decide la mayoría de este y no el número de accionistas. 

A partir de estas premisas cabe concluir que los clubes de fútbol transformados en sociedades anónimas deportivas  serían conducidos por quienes detentan la mayoría del capital accionario, sin importar la capacidad, honestidad y el sentimiento de los mismos. 

Por otro lado, a pesar de los argumentistas del modelo económico neo-conservador, la existencia de una sociedad anónima de ninguna manera trae aparejada la seguridad de un resultado económico, ya que en nuestra realidad nos encontramos con muchísimos quebrantos de sociedades anónimas (basta ver el incremento del índice de quiebras de este último año).

La insolvencia de las sociedades y la escasa eficacia de sus administradores no constituyen un fenómeno exclusivo de las entidades deportivas, sino de gran parte de las sociedades que operan en nuestro país, cualquiera fuera su objeto social. Por otra parte, la tendencia jurídica diluye la responsabilidad de los administradores de las sociedades anónimas fallidas. 

La jurisprudencia evita extender la quiebra a directores de la sociedad anónima, y la nueva ley de concursos eliminó la responsabilidad de quienes administran patrimonios ajenos al derogar la calificación de conducta y las acciones de responsabilidad contra terceros. 

Hacemos notar el grave riesgo que se corre sin nuestros queridos clubes se transforman en sociedades anónimas, ya que podrían ser manejados por quienes con audacia suscriban mayor cantidad accionaria y manejen la institución con total desapego de los intereses sociales, llevándolos, sin responsabilidad alguna, a fracasos económicos y deportivos.

Es más, no puede descartarse, de acuerdo con modalidades de la actividad económica argentina, que un mismo grupo de empresarios detente la mayoría de capitales en varias entidades deportivas que competirían entre sí, solo aparentemente, y sin importar el sentimiento de los hinchas y de los socios que estarían impedidos de elegir nuevas autoridades. 

En una asociación civil, quienes participan tienen carácter de socios, eligen periódicamente a sus autoridades y pueden participar en su política interna como candidatos. En cambio, en una S.A. quedan restringidos a la simple figura de usuarios. 

Es por ello que insistimos en mantener al actual sistema de asociaciones civiles y que se sancione una ley que imponga la responsabilidad de los dirigentes deportivos. Así toda persona que pretenda desempeñarse como dirigente deportivo deberá presentar al momento de su postulación, una declaración jurada de su patrimonio y de sus ingresos propios y de su cónyuge, que deberá ser puesta a disposición de todos los socios de la institución. 

El dirigente deportivo que por sí o por tercera persona reciba dinero o cualquier dadiva deberá ser reprimido con prisión e inhabilitación absoluta. También debería ser sancionado con prisión e inhabilitación absoluta el dirigente que no justificará la procedencia de un enriquecimiento patrimonial suyo o a través de persona interpuesta para disimularlo. 

Así puede combatirse la corrupción. Por el contrario, no se la combate transformando a los clubes en S.A., ya que no la eliminan, y por otro lado, sólo prevalece el interés económico sin tomar en cuenta el sentimiento popular. Tal como dijo hace muchos años un empresario español: “Pues hombre!!!!. Las sociedades anónimas no tienen corazón”. 

Carlos A. Lancioni

1 comentario:

Unknown dijo...


¿Casualidad?

En el fin de Semana Santa Macri y su familia estuvieron hospedados en la estancia del inglés Joseph Lewis sita en el lago Escondido y usó el helicóptero del inglés

Pero ¿QUIEN ES LEWIS, EL AMIGO DE MACRI?

Es uno de los hombres más ricos del mundo gracias al comercio de divisas, y si bien es inglés vive en Lyford Cay, Bahamas donde goza de mucha liberalidad impositiva.

En su cuantioso patrimonio es dueño del Tottenham Spurs y también de la estancia de 12.500 hs,. a través de la cual se apropió del Lago Escondido impidiendo el acceso público al lago a pesar de la sentencia judicial firme que lo obliga a cumplir con las leyes argentinas.

Su nave insigna es Tavistock Group, que entre otros bienes, es la controlante del ENIC Group (anteriormente Inglés National Investment Company) una sociedad de inversión, que se centró en los sectores de medios de comunicación y los deportes.

ENIC es propiedad de Joe Lewis (a través de Tavistock Group y de Daniel Levy) que actualmente posee el 100% del capital social de Tottenham Hotspur, comprado en 2001 cuando Sir Alan Sugar declaró el equipo en bancarrota y ENIC compró la parte necesaria de los Lilywhites para tener el control, poniendo a Daniel Levy como CEO del club.

Pateticamente también Levy es director de los Rangers escoceses donde ENIC tiene una gran participación y este fondo de inversiónon sede ahora en Bahamas, durante el auge de la inversión en el fútbol de finales de los 90, comenzó a adquirir acciones de clubes de fútbol de toda Europa. Así también compró participaciones en otros clubes europeos como SK Slavia Praga (96,7 %), AEK Athens FC (47%), Vicenza Calcio (99,9%) y FC Basilea (50%).

Hace unos días atrás el expresidente de Boca, devenido en presidente de la Argentina, impulsó la transaformación de las asociaciones civiles de nuestro fútbol en sociedades anónimas

¿Casualidad?