River llevó los pibes a Disney

Con los chicos, River se siente en Disney
Andrés Vázquez y Juan Ignacio Balbi Vignolo en La Nación 


Ocho jugadores de las divisiones inferiores integran el plantel de 27 que Gallardo entrena en Orlando a la espera de nuevos refuerzos

Los rayos pegan de lleno en el este de Estados Unidos. En grados Fahrenheit y en celsius, no hay diferencias: el calor en Orlando es infernal. Los autos lujosos se confunden con las extravagancias de las edificaciones y los parques de diversiones, mientras que las voces latinas de jóvenes turistas retumban por las calles angostas adornadas con palmeras.

Allí, en medio de un paisaje que contagia calidez y alegría en las proximidades de Disney World, River afina en el impresionante ESPN Sports Complex los detalles de la parte más dura de la pretemporada en medio de un mercado de pases que arroja pocas novedades buenas.

Pasaron 42 días del último partido oficial de River. Tras la derrota frente a Arsenal en Sarandí, se impuso en el club la idea de que comenzaba un período de renovación en un plantel diezmado.

Mientras, la incógnita era quiénes se incorporarían al barco que timonea Gallardo, el DT que esa misma noche subrayó la necesidad de sumar futbolistas: "Para el próximo torneo van a llegar jugadores, el plantel no va a ser el mismo. Lo bueno es que vamos a tener tiempo para tomar decisiones y para rearmarnos".

Sin embargo, pasadas dos semanas de pretemporada, el panorama no es el deseado, ya que la dirigencia acordó sólo la llegada del zaguero Luciano Lollo, que sufre una fractura en el quinto metatarsiano izquierdo y no tiene plazo de recuperación, y la del arquero Enrique Bologna, que llega de Gimnasia La Plata con el pase en su poder. Ambos viajarán el domingo, y el lunes trabajarán con el resto del plantel.


"Quiero que el equipo recupere muchas cosas, pero sobre todo que sea sólido en todas las líneas. Para eso es necesario sumar otros dos o tres refuerzos", advirtió anoche Gallardo, en Radio Continental. El presidente, Rodolfo D'Onofrio, parece estar dispuesto a concederle los pedidos, ya que sigue gestionando la llegada de Víctor Salazar, de Rosario Central, y la del volante central Iván Rossi, a pesar de que la primera oferta estuvo lejos de lo pretendido por los dirigentes de Banfield.

"Las negociaciones en Argentina no son fáciles. Cuesta mucho comprar un jugador, y tampoco hay tantos. Pero estamos convencidos de que vamos a concederle todos los pedidos al técnico", expresó D'Onofrio en declaraciones a Radio Güemes.

En este panorama, con hombres que se van -Barovero, Vangioni, Chiarini, Lucho González, Mammana- y pocos que llegan, el plantel que se encuentra en plena preparación en Orlando está compuesto por 27 jugadores.

 Con apenas Giovanni Simeone como cara nueva -regresó de su préstamo de Banfield-, el director técnico decidió sumar ocho juveniles para la nueva temporada. Es decir, casi un 30 por ciento del plantel está compuesto por esos jugadores surgidos de las divisiones menores, y en total, incluidos siete mayores también nacidos en el club millonario, hay 15 formados en la cantera.

Augusto Batalla (20 años), el arquero que ocupará el lugar que dejó Barovero, y Tomás Andrade (19), el zurdo con genes similares a los de Andrés D'Alessandro, asoman como las principales esperanzas en un equipo que desde la obtención de la Copa Libertadores en 2015 no para de perder piezas importantes.

"Si llegan los refuerzos, llegarán. Y si no, que me digan cuanto antes, así empiezo a cerrar los grifos para que no se vaya nadie más. Tengo que confirmar cuanto antes un plantel para lo que viene", disparó ayer el Muñeco, como para que no queden dudas de su postura. La que sostiene ante una situación inesperada, que comienza a acomodarse lentamente con Lollo y Bologna, mientras los pibes buscan ganarse un lugar en la calurosa Orlando.

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