"Este equipo se levanta"
Gallardo elogió el carácter de sus jugadores para sobreponerse al resultado adverso y se fue tranquilo porque "responden en los momentos complicados".
El inómada Sur por Facundo Adamoli en Solo River
Los partidos en el Sur siempre son incómodos para River. No solo porque Lanús es un equipo que juega bien al fútbol, si no también porque el Granate también se caracteriza por condimentar el partido desde la queja constante, objetando cualquier decisión arbitral.
River salió a jugar a lo que sabe, pero un Beligoy demasiado pasivo y la fortuna, contribuyeron a que los de Marcelo Gallardo no se llevaran los tres puntos.
En un partido intenso, River empató 1 a 1 ante Lanús por la fecha 9 del Torneo de Transición. En los últimos años los partidos en la Fortaleza han sido difíciles de sortear para el conjunto millonario.
No obstante, River salió a tomar protagonismo con su fútbol de posesión y presión. Durante el primer tiempo, se disputó un encuentro muy parejo.
Como si jugaran un partido de ajedrez, los de Nuñez y los del Sur se estudiaron detenidamente. Las situaciones más claras llegaron en el último cuarto del primer tiempo: River tuvo las más claras pero no supo definirlas.
Diferente fue la suerte para Lanús, que supo capitalizar la única situación clara que tuvo en la primera parte.
Era previsible que en algún momento River bajaría su rendimiento ya que la seguidilla de partidos sumado a un plantel corto pasaría factura en lo físico.
Aun así, este River también fue bastante perjudicado en lo arbitral. No por errores groseros, si no que varios rivales tomaron nota de la permisividad de los árbitros a la hora de utilizar el juego brusco.
El tiki tiki millonario, varias veces fue desbaratado por faltas alevosas que nunca fueron cobradas por un Beligoy muy influenciable. Lanús fue un fiel reflejo de su técnico, Guillermo, quien se dedicó a llorar todo fallo adverso.
En el segundo tiempo, los primeros minutos fueron todo de Lanús. Cuando todo parecía que el local llegaría al 2 a 0, Teo Gutierrez metió el empate con un increíble bombazo de afuera del área.
El colombiano es uno de los distintos del equipo y demostró que cuando el juego colectivo no aparece, las individualidades aparecen para dar equilibrar las cosas.River se animó con los cambios.
El partido fue de ida y vuelta, pero los de Nuñez fueron los más claros. Sobre el final, el millonario volvió a reflejar esa filosofía de ataque constante. Independientemente de las adversidades que se puedan presentar y los peligros que pueda ocasionar el rival, los de Gallardo jamás compran el empate.
Cuando las piernas no responden, juega lo anímico. En este sentido, el superclásico del próximo domingo será el combustible ideal para afrontar una cantidad de partidos muy difíciles que deberán jugarse en poco tiempo.
Ganar el partido ante Boca es una cuestión cuasi religiosa, pero el impacto que tendrá una victoria repercutirá directamente en lo futbolístico. Por eso, el domingo, cueste lo que cueste. El domingo hay que ganar.
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