¿River se está sintiendo River otra vez?
por Facundo Adamoli para Solo River
Es probable que los partidos de Copa hayan revitalizado ese fuego interno necesario en todo equipo. Es que el plantel dirigido por Ramón Díaz goza de grandes figuras , pero la ausencia de una idea de juego y la mentalidad ganadora era una deuda pendiente.
Esta vez, River salió a pelearse con Lanús de igual a igual. En un partidazo, con idas y vueltas de arco a arco, River venció 1 a 0 a Lanús por la fecha 9ª del Torneo Inicial.
Lanús es un gran equipo. Es de esos que siempre proponen desde el juego, asfixiante en la marca, pelota al piso y apuesta a la posesión constante del balón. Tal vez en otro momento del equipo River hubiese planteado un partido más cauteloso, pero en esta ocasión, fue al frente y se llevó los tres puntos.
El granate tiene momentos de fútbol en donde te arrincona y parece que jamás pasará el peligro. Por momentos del partido, los del Sur ahogaron al millonario, pero lejos de quedarse contra las cuerdas los de Nuñez respondieron golpe por golpe.
Las figuras de este encuentro electrizante fueron los arqueros. El partido pudo haber sido para cualquiera. Los 90 minutos fueron una exhibición de dos equipos que fueron al frente y eligieron descuidar su propia valla, en pos de apostar al ataque.
El equilibrio de Kranevitter, las escaladas de Vangioni y Ferreyra por izquierda, el pivoteo del pibe Andrada, la fortaleza en el fondo de Balanta, fueron los pilares de esta victoria. El partido pudo haber terminado por más goles, pero la imprecisión de los delanteros de ambos equipos sumado al oportunismo de los arqueros, mantuvo el marcador bastante cerrado.
River no se dejó arrollar por el fútbol práctico y eficaz de Lanús y lo lastimó siempre que pudo. No obstante, es alarmante la gran cantidad de jugadas de gol desperdiciadas por sus delanteros. Por momentos, parece casi imposible pensar que los de Ramón Díaz vayan a concretar el gol. Por eso, y esto es mérito de Ramón, ante la imposibilidad de marcar a través de una jugada colectiva o individual, la pelota parada se volvió fundamental para llevarse los tres puntos a casa.
Es lastimoso ver como un equipo que intenta jugar como Lanús, se refugie en el error arbitral para justificar la derrota. El equipo se vuelve un fiel reflejo del eterno llanto y humo de su entrenador, que, ante la guapeza de River, no supo como sobrellevar el partido.
Esto es mucho de lo que el hincha reclamaba: ir al frente. River jugó al fútbol y ganó. Sí, el rival era difícil, pero Ramón Díaz descubrió que es mejor lastimar al otro antes que colgarse del travesaño y especular. Hay que tomar nota de este partido para lo que será la Sudamericana y para el resto de los partidos ante rivales de jerarquía.
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