Hay quienes prefieren negarlas u olvidarlas, pero hay quienes prefieren recordarlas para evitar que se repitan. Nosotros optamos por esto ya que se hace indispensable la memoria para poder conocer la verdad de lo sucedido y así evitar que se reitere.
Por eso el 2011 debe quedar imborrablemente en nuestra mente para poder retornar al camino de grandeza trazado en los primeros 100 años de historia riverplatense, recuperando las raíces culturales del Club más grande de América.
Para expresar las tremendas contradicciones que este fin de año nos trae, recurrimos a un editorial que nos hizo llegar el amigo Fernando Sala, que por sobre todo es un riverplatense de ley:
En lo que es una opinión muy personal, me repito por estas horas: POR FIN SE TERMINA ESTE 2011, en lo que creo coincidirán es sin dudas, el peor de la historia del Club y el de cada uno como hincha de nuestro glorioso RIVER PLATE. Cuántas sensaciones, cuántos sentimientos encontrados, cuántos estados de ánimo y cuántas palabras nos demandó poder entender, asimilar o tratar de explicar las razones de lo inexplicable: RIVER, EL MAS GRANDE ENTRE LOS GRANDES, descendió.
Fue la noticia que impactó al mundo del fútbol y causó una revolución social en Argentina. Muchos, muchísimos habitantes de este país vivimos el hecho en estado de shock y el resto lo vivieron sorprendidos por algo que ellos mismos no creían que pasaría alguna vez.
Quién no tiene un amigo de “la contra” o de otro equipo que no les haya dicho -aunque sea socarronamente- “RIVER no desciende, quedate tranquilo…”. El periodismo amarillista rebalsó páginas, noticieros y programas deportivos con un discurso antipático: “a RIVER lo van salvar desde la AFA y el Gobierno…” se escuchó decir por doquier.Pero la morbosa “profecia” finalmente no se cumplió. RIVER descendió a pesar de todo y de todos.
Si uno intentara encontrar algunos de los varios motivos que llevaron a RIVER al lugar donde esta, rápidamente pensaría que fueron tres años de decadencia inexplicable en lo futbolístico y varios años de administración fraudulenta los que nos condenaron a lo peor.
La química explosiva de 2 dirigentes corruptos como Aguilar e Israel primero, más la impericia y conducción dictatorial de Passarella después, fueron factores demasiado corrosivos para la rica historia del Club y la pasión de 13 millones de hinchas.
Desde lo estrictamente deportivo, la ironía de los promedios nos condenó a descender en el que fue el año de mejor puntaje logrado por RIVER de los 3 que se promedian. Se olvidó a los anteriores técnicos responsables de la debacle y el dedo acusador recayó sobre JJ por ser el técnico en la caída final pero a la vez el que más puntos logró y el que clasificó al equipo para la Sudamericana, frustrada por el descenso. Todo a pesar de no haber ganado en las últimas 7 fechas del Clausura…
También paralelamente –acosados por la situación- los hinchas aprendimos con RIVER a considerar que un empate, era igual a una derrota. Una prueba cierta de esta afirmación nos dice que si hubiésemos ganado 1 solo de aquellos más de 10 partidos empatados en el último año, íbamos a un desempate con Olimpo y ganando 2, directamente nos olvidábamos de esta pesadilla.
Pero finalmente, 110 años de historia se desangraron una nefasta tarde del 26 de junio…
Además de los escasos puntos que nos faltaron para salvarnos… ¿que hubiese pasado –por ejemplo- si Baldassi no sufría el ataque de peritonitis el día previo al superclásico fatídico? Esa derrota fue el quiebre que puso barranca abajo al equipo, pero ¿si dirigía Baldassi y no Lousteau puesto “a dedo” por “el Padrino” de la AFA, perdía RIVER ese día? El considerado mejor árbitro del país, ¿iba a dejar pasar los claros penales que ignoró Lousteau?? Incógnitas que quedaron flotando y sembraron un mar de dudas, pero que tal vez –junto a otros hechos- pudieron dar vuelta la historia para el descenso tan temido.
De lo poco rescatable de ese período final, quedó el 1-0 sobre “la contra” en el Monumental, debut auspicioso y alentador de JJ. También el golazo de Lamela después de una gran jugada, en el 1-0 sobre Quilmes, tal vez uno de los más lindos del año. Y no mucho más, lamentablemente.
El resto, es un enjambre de penas y decepciones. Los insólitos fallidos de Carrizo. La mencionada derrota en el chiquero. La alarmante falta de gol. Los 7 partidos sin ganar (que luego fueron 9 en total contando los 2 ante Belgrano), en medio de la desorientación de un técnico manipuleado descaradamente por el presidente del Club.
El equipo impresentable que salió a jugar en Córdoba la Promoción, con 4 jugadores de experiencia sentados en el banco. El partido final en el Monumental. La “apretada” sin efecto a Pezzota. Luego las lágrimas, la decepción y la mayor humillación en aquel 26-J, el día que –ahora con el paso del tiempo, confieso- salí más triste, lloroso y desconsolado de una cancha de futbol en mi vida, sin saber bien lo que había ocurrido unos instantes antes, ni dónde estaba, ni hacia donde iba…
Caer así, fue en cierta forma continuar alejándose de los campeonatos que ya desde 2008 no ganábamos y todo lo que significa para RIVER mantener la supremacía histórica. Fue profundizar la caída abrupta en el plano internacional, de cuyos títulos llevamos 14 años de olvido total…
Más tarde la dura transición de la primera etapa en la nueva categoría ante rivales nuevos y otros ya conocidos pero también caídos en desgracia, más un rendimiento y una expectante posición por debajo de lo esperado, situaciones solo disimuladas apenas por la abrumadora pasión que revivió en cada hincha, claramente demostrada en los desbordes que se produjeron en cada presentación del equipo.
Sobre el final, llegó el colmo de la desazón: festejos y alegría en “la vereda de enfrente”; incertidumbre y humillación de nuestro lado. Podían imaginarse algo peor? Si bien los hechos nos fueron demostrando que siempre hay lugar para seguir cayendo, ¿qué más nos podía pasar???
Amigos, por eso insisto en que se vaya pronto este año, totalmente olvidable desde lo futbolístico.
Solo nos queda rogar por la vuelta inmediata a la categoría mayor para lo cual RIVER necesita mejorar mucho de lo que hizo hasta ahora y afrontar lo que viene con grandeza, con seriedad y la mirilla puesta en el objetivo principal. NO HAY MARGEN PARA EL ERROR, NI LA IMPROVISACION. Sabemos que todos nos quieren ganar y nos juegan a muerte, PERO RIVER DEBE SER RIVER SIEMPRE Y A PESAR DE TODO, más ahora en este camino por VOLVER A SER...
Chau 2011, VOLVE RIVER, una síntesis del deseo latente en cada corazón riverplatense.
Espero continuar este contacto que alimenta nuestra pasión en común y todo lo mejor para cada uno de Uds. en el año que comienza.
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